02/08/2017 12:45:17
Se refirió a la filtración de las imágenes íntimas por las que se alejó de la vida pública. "Yo no tengo la culpa de las fotos, aunque la gente no lo quiera entender", dijo afirmando que la experiencia la hizo cuestionarse varias cosas de su vida. "Me sentí violada", aseguró.
Karen Bejarano volvió
esta semana a la TV. Es la nueva integrante del matinal
Muy Buenos Días de TVN y ahí decidió hablar por última vez sobre la
filtración de fotos íntimas por la cual decidió
alejarse de la vida pública por cinco meses.
Esta mañana contó un angustiante momento que vino a coronar la serie de
insultos y críticas que recibió por redes sociales.
Había ido a buscar a su hijo al colegio cuando un auto que estaba en el camino se quedó parado delante de ella. Ella tocó la bocina, pidiendo que señalizara un problema o avanzara, pero el hombre se bajó del auto y la increpó: "'No ves que estoy parado', me dijo y yo le pedí que pusiera el intermitente o el triángulo, pero se me queda mirando y me dice 'tú eres la de las fotos, yo las vi' y
empezó a decirme una cantidad de cosas... mi hijo se puso a llorar, me decía 'mamá, cómo te defiendo'. El gallo se encerró y yo me bajé. 'Dímelo en la cara, maricón', le dije, pero no se bajó y empezó a grabarme y se reía. Entonces comencé a llamar a Carabineros y el tipo bajó el vidrio y salió gritando. No estaba en panne", relató.
"Yo no quería que esto le afectara a mi hijo", se lamentó. Sin embargo,
el pequeño sí asumió todo lo que pasaba como si los hubiesen estado persiguiendo, pues tras la filtración partieron como familia a Uruguay, país de
su marido.
Estando allá el niño se asustó con el ruido de unos pasos, salió corriendo y rompió el vidrio de una ventana: terminó con 12 puntos. "En ese momento se me olvidaron las fotos".
Sin embargo el niño, dijo, ha aprendido a llevar el tema: "Él es un niño con mucha luz, con mucha inteligencia emocional. Estoy muy orgullosa de mi hijo".
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La comunicadora agradeció el apoyo de su familia y de sus amigos, a los que ahora cuenta con una mano. Sobre el matinal
Mucho Gusto, del que
salió al mismo tiempo en que pasó esto, dijo que "se portaron increíble".
En el matinal de TVN contó que muchas personas desaparecieron de su lado en el peor momento de su vida y que con eso aprendió a saber que hay gente que está de paso y que había que acordarse de dónde se viene. "A mi amiga del alma no la veía hace dos años, apenas nos hablábamos por WhatsApp, ahora no, ahora nos vemos", dijo asegurando que incluso antes del episodio de las fotos
"tenía mucha pena, nada me hacía feliz (...) hace tres meses me odiaba, Siento que desperté de un sueño horrible".
Su problema, aseguró, era la inseguridad. "Era mi peor consejera, no era la persona que quería ser. Por fuera parecía segura, pero en realidad sentía temor de todo".
En ese sentido, sintió mucha culpa por la filtración de las fotos. Contó que se las intercambió con su marido porque por motivos laborales llevaban dos meses alejados y que las borró de inmediato. Sin embargo, quedaron alojadas en iCloud y por medio de phising, alguien la recobró y comenzó a extorsionarla y amenazarla.
"Pero no es mi culpa, yo no tengo la culpa aunque la gente no lo quiera entender. Me costó entenderlo, sacarme esa culpa (...) me siento muy tranquila de lo que soy ahora, más que ahora, más que nunca (...)
no voy a olvidar lo que pasó, no lo puedo borrar, pero yo ya siento que aprendí a vivir con eso", dijo recordando que estuvo tres meses encerrada en su casa.
Del episodio dijo que le sorprendió la "cantidad de niños chicos escribiendo cosas, la cantidad de odio en las redes sociales, la carencia emocional que hay.
La poca educación, la poca empatía, la poca solidaridad", pues "mientras ustedes se reían, a mi me pasaba esto. Para mí no fue chacota (...) ¿qué pasa por la cabeza de las personas que no son capaces de filtrar porque hay un niño al lado?". Por salud mental, decidió ir a terapia y entendió que los comentarios no debían molestarle, pues
"la gente que me atacaba no me conoce. Cómo puedo tomármelo personal si es gente que no me conoce", reflexionó.
Karen Bejarano agregó que sintió lo que pasó como algo "parecido a una violación. Todo el mundo se sentía con derecho a hablar de mi cuerpo, tildarme y tacharme de algo.
Sentí una violación a mi dignidad, pero también me sentí violada como mujer".
Ahora se puso como misión que "como yo me levanté, muchas mujeres lo hagan. Hay que frenar todo tipo de violencia física, psicológica, todas las agresiones que sufrimos desde pequeñas, cuando vamos en la micro y se nos pone un tipo atrás, cuando te gritan un piropo sexual a los 12 años en la calle. Eso habla de violencia, pero lo normalizamos.
Estamos mal porque le estamos enseñando a nuestras niñas que es normal. Siento que tengo que hacer algo, no quedarme con los brazos cruzados. Lo único que me queda es tratar de ayudar a que no vuelva a suceder".